Zombie Marketing: cuando el marketing pierde su alma

Cada vez me inquieta encontrarme con perfiles de profesionales en el área de marketing, creativa o comercial que apenas respiran, cumplen algunas tareas, y que carecen de la energía que demandan esta áreas, como si no tuviesen su fuerza vital. Profesionales que no movilizan, que no lideran, que no proponen iniciativas, es como si estuvieran de paso. Es lo que yo llamo zombie marketing.

Detrás de esta metáfora están esos perfiles profesionales cuya actitud es pasiva, rutinaria, desconectada del pulso del mercado. Son personas que valoran la estructura, que cumplen con la disciplina, pero que no encarnan el verdadero espíritu del marketing: la anticipación, la curiosidad, la capacidad de activar conversaciones, conectar audiencias y generar movimiento.

El marketing no es un departamento de cumplimiento. Es una fuerza que empuja, transforma y provoca. Y hoy más que nunca, exige profesionales con competencias de agilismo, espíritu comercial, pensamiento crítico y una profunda orientación a la experiencia del cliente.

El problema no es la falta de conocimiento técnico. El problema es la falta de vitalidad estratégica. De ganas de proponer, de romper la inercia, de salir a la calle (física o digital) a escuchar al cliente. El zombie marketing es ese que trabaja en automático que espera instrucciones en lugar de generar oportunidades.

Como profesora, me preocupa esta desconexión. Porque cuando el marketing se vuelve plano, la marca también. Y cuando el talento pierde su energía creativa, la organización pierde ventaja competitiva. No es perdonable trabajar en marketing sin curiosidad, sin impulso, sin hambre de mover al mundo.

Quizá ha llegado el momento de hacernos una pregunta incómoda: ¿Estamos cultivando marketers que solo cumplen… o que realmente lideran?

Si conoces algún zombie marketing, por favor hazle llegar urgente estas recomiendaciones:

  1. Reactiva tu radar de mercado. No esperes a que te cuenten qué está pasando: sal a buscar señales, escucha al cliente, interpreta los datos con intención.
  2. Desarrolla pensamiento comercial. El marketing es performance, ventas, impacto real. Entiende cómo tu trabajo aporta al negocio.
  3. Muévete con agilidad. No te paralices en la planeación eterna. Prototipa, prueba, ajusta. El marketing de hoy premia la acción bien dirigida.
  4. Conéctate con propósito. Hazte preguntas incómodas. ¿Qué historia estás ayudando a contar? ¿Qué cambio estás provocando? ¿Qué emoción estás despertando?

En marketing, la pasividad no es un estilo. Es una renuncia.

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