Un branding por favor

By Lina Echeverri | Tw @linaec

Me sorprende cuántas marcas resisten la pasividad de quien las lidera. Estoy convencida que quien es responsable por la gerencia de la marca debe ser una figura pública, mediática en su buen saber y con una reputación impecable en el campo en que se desempeña la empresa. A veces encuentro profesionales perdidos por su inexperiencia y por la falta de honestidad en su deseo de liderar una marca.

Una marca se construye sobre tres pilares: relevancia, compromiso y reputación. Una marca tiene una historia que para algunos es irrelevante y cuando llegan a administrarla por primera vez aparecen como los «salvadores» de la marca y aún más convencidos creen que son los mesías de la compañía.

La inseguridad disfrazada de arrogancia han motivado que la soberbia llegue a las marcas. El poder de una marca está en la reputación creada, pero también en el esfuerzo que hay detrás de ella, más allá de un posicionamiento ambiguo existe un profundo conocimiento de la estrategia de quien la lideró en el pasado y que ahora es considerado obsoleto. Con el branding no se juega.

El branding es la estrategia que nos conecta con nuestras audiencias. Nos conecta desde las emociones, pero a su vez porque nos ayuda a entender el mercado ofreciendo una propuesta de valor que supera las especificaciones propias de un producto. Necesitamos que los gerentes de las empresas sean gerentes de branding o Brand manager. Que escuchen las voz del mercado, que sean diplomáticos al atender a su cliente y que la propuesta de valor coincida con la promesa de valor de la marca.

Estoy convencida que la figura de un gerente de marca es fundamental en el crecimiento y desarrollo de la misma. Sin embargo hay marcas que resisten la mediocridad de su propio gerente. Me pregunto si los clientes lo identifican parcialmente. Creo que si. Detrás de una marca hay un grupo de personas. Personas que tienen contacto con clientes. Clientes que hablan de sus marcas.

El branding no le pertenece a las marcas le pertenece a la relación que se construye con el cliente. Es un vínculo, una experiencia, y una manera de cambiar la vida de las personas. No para tener fans, sino para tener clientes comprometidos con nuestra causa. Una causa que procure el bienestar social sin impactar la rentabilidad de la empresa. Necesitamos un branding humanizado, un branding por favor para reconciliar las marcas con el cliente, con sus colaboradores y con la sociedad.

Unbran

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